
Cuando el otro día, con ocasión de la presentación del Nokia 501, os hablábamos de la abundante experiencia que tenía Nokia en carcasas de metal (y mas concretamente de aluminio) os pusimos de ejemplo el Nokia E61. Éste modelo que hoy os traemos a Revista Moviles es también otro buen ejemplo de ello. Se trata del Nokia 6500, un teléfomo móvil monoblock (o "candybar", como prefiráis llamarlo), que apareció en el mercado en el año 2007 (tuvo su última actualización de firmware en 2012) y cuyo precio oficial era de nada menos que 320 €. Debido a ese precio no fue muy popular entre el gran público, ya que poca gente podía acceder a él. Como suele ser habitual en móviles de alta gama, sólo se podía adquirir mediante contrato en algunos operadores.
El 6500 es un ejemplo de la evolución que estaban sufriendo muchos móviles en aquellos años. Los clientes demandaban cada vez pantallas más grandes, para poder disfrutar mejor de contenido multimedia y de las cámaras de fotos, las cuales iban ganando en calidad de imagen a pasos agigantados. Así las cosas, los móviles se hacían más alargados, o más anchos (dependiendo de la orientación de sus pantallas), pero también más finos y delgados.