Desde su presentación oficial el pasado 7 de junio, mucho se ha hablado sobre lo malo y lo bueno del iPhone 4, sobre lo que cambia, sobre lo que avanza, y sobre sus particularidades, bien sea para bien, o en contra.
Alguien, acertadamente, resumió el nuevo producto de Apple como "un iPhone 3GS con más píxeles". Bien, no es totalmente descabellado ese comentario, teniendo en cuenta que el principal atractivo es precisamente ése: la mejora de su pantalla.
No obstante, pocos medios han mencionado otro cambio: la incorporación de la carcasa trasera como antena. En casi todos los manuales de móviles te recomiendan, por precaución, no tocar la antena interna (que está insertada dentro de la propia carcasa), algo inevitable con este nuevo iPhone.
Además, después de todos los estudios confirmando la peligrosidad de las radiaciones electromagnéticas de los teléfonos móviles, más de uno seguro que se lo pensará dos veces antes de adquirir éste terminal, a riesgo de que se le acabe "friendo" el cerebro (literalmente!).
Teniendo en cuenta que el primer iPhone era el dispositivo con más radiaciones del mercado, creo que queda bastante patente y claro lo poco que se preocupa la compañía de la manzana por nuestra salud, o, por lo menos, en ciertos aspectos.
En la imagen podemos ver, en detalle, todos los aspectos en los que cambia el nuevo iPhone. Ni bluettoth, ni tarjetas microSD, ni batería intercambiable. Además, y por si fuera poco, solo admitirá micro-SIMS. ¿Compensa comprárselo? Cada uno verá.
Imagen: Mahalo
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